lunedì 9 settembre 2013

Cagliari, más que un club

 
Un equipo puede significar tanto. Puede ser un club que, más que deportivo deviene un símbolo identitario de un pueblo que no se siente representado por un gobierno central. Pero no, no se trata del Barcelona, sino del Cagliari Calcio, el equipo representante de la isla de Cerdeña en la Serie A.
 
El Cagliari es el equipo que, ganando el campeonato italiano de 1970 bajo el liderazgo de Gigi Riva, rescató a muchas familias que habían emigrado al norte de Italia para buscar trabajo y que eran denigradas e insultadas cotidianamente.
 
 Y es que cuando un joven sardo viste la camiseta del Cagliari siempre saborea algo especial. Será por eso por lo que la cantera de los rossoblù (colores cercanos a los del Barça) está impregnado del producto local. Su filosofía es muy similar a la que existe en la Masia, aunque con resultados más modestos.
 
La excepción es el célebre sardo Gianfranco Zola, que solo jugó en el Cagliari las dos últimas temporadas de su carrera, pues de joven fue al Nápoles, que pronto apostó por él.
El Cagliari en cambio desarrolló a dos extranjeros como Maresca y Liverani, para más tarde traspasarlos cuando estaban en el mejor momento de sus carreras.
 
Aunque es verdad que el Cagliari ha cometido errores (en su día rechazó incorporar a un joven portero, llamado Salvatore Irigu), también ha acertado otras veces: Vittorio Possedu y Gianluca Festa llegaron a escribir páginas históricas, en el primer equipo, al que llegaron después de escalar en las categorías inferiores. Andrea Pisanu, un chico nacido en 1982, y que a los 16 años quitó la titularidad a Gilardino en la sub-18, no tuvo la misma suerte.
 
Lo constata el caso de Daniele Ragatzu, delantero que a los 21 años fue apartado del equipo, tras rechazar una cesión al Lumezzane. Había marcado su primer gol en la A a los 17 años....
Es una señal de que aún queda mucho por hacer para convertirse en un pequeño Barça.

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